La luna cristalina y helada, el fénix no permanece en el verde paulownia.
A una hora tardía de la noche, los fieles vuelven al Palacio de Oro.
Qué triste no poder contemplar la hierba frente al monte Yoko
¿Cuándo va a florecer la planta maravillosa?

 

El monje Gen —diminutivo de Betsugen Enshi— fue un amigo de Daichi que vivió entre 1294 y 1364. Era un discípulo de Tomei Enichi, quinto sucesor del maestro Wanshi, famoso por haber escrito el Zazenshin.

Tras viajar a China, a su regreso a Japón permaneció en un templo de Kamakura, el Kencho Engaku-ji, y más tarde, en Tokio, en el muy célebre Kenin-ji. Aunque Gen era un monje soto, siempre residió en templos rinzai, igual que Daichi en alguna ocasión; esto fue una de las razones de la amistad entre ambos. Ningún monje, ni soto ni rinzai consideraba a Gen como maestro, y hacerse discípulo suyo era una decisión delicada; sin embargo Daichi sabía que era un gran maestro.

La luna cristalina y helada representa en realidad la esencia del espíritu zen del maestro Gen, demasiado puro, demasiado frío. Así el fénix, símbolo del gran discípulo, no permanece en el verde paulownia; es interesante porque este árbol es muy decorativo con sus flores mojadas, pero el maestro Daichi ha quitado la decoración y lo presenta verde.

El fénix es un animal imaginario, un pájaro que puede renacer de sus cenizas. Tiene cinco colores y su canto presenta cinco tonalidades; cuando vuela los otros pájaros le siguen. En general es designado por el ideograma ho, animal mítico masculino.

 

Tarde por la noche los fieles vuelven al Palacio de Oro. La atmosfera está apacible, tranquila, únicamente permanece la luz de la luna. Solamente zazen, solamente Ken chu to, el último principio de los Go i de Tozan, solo la luna, la vacuidad, ku. Pensamiento y no pensamiento se apagan, solo permanece el mundo absoluto.

Son necesarios varios años para realizar el no pensar. Cuando nos sentamos en zazen, al principio surgen muchos pensamientos, el karma de la vida cotidiana aparece, los principiantes sufren con su cuerpo. Pero con la costumbre de zazen uno se vuelve tranquilo. Tarde en la noche los fieles vuelven al Palacio de Oro, no queda nada, incluso la conciencia se retira.

Así era el maestro Gen, puro, sin familia, sin sangha, más allá del soto o del rinzai, más allá de los géneros, en el mundo de lo absoluto.

Qué triste es no poder contemplar la hierba frente al monte Yoko. Después de Bodhidharma el decimosexto maestro de la transmisión fue Taiyo Kyogen, de quien Daichi habla en distintos poemas, como sabéis, en relación con la fisura de la transmisión soto que hubo con su discípulo Tosu Gisei. El monte Yoko era el templo donde enseñaba Taiyo Kyogen. Aunque hubo esta fisura finalmente el soto zen continuó.

¿Cuándo va a florecer la planta maravillosa? Es lo que ocurre con el monje Gen ¿Cuándo algún gran discípulo entenderá su espíritu puro? Es triste que nadie comprendiera entonces su verdadero zen.