LOS POEMAS DE DAICHI: 53. La ascensión del monte Ira después de una nevada

 

Las innumerables olas del lago y el frío infinito.

Girando la cabeza hacia lo lejano y mirando el lago de la montaña.

La nieve se amontona en la bandeja de plata a un altura de tres mil jo,

Idéntica a la proyección de una joya preciosa sobre la mesita.

 

Tras el viaje a China y su paso por Corea, los poemas del maestro Daichi son más bien sobre su vida en las ermitas y describen a través de imágenes de la naturaleza el estado de la consciencia durante zazen. El tema principal de estos poemas y los que vienen a continuación es la naturaleza de buda; el océano de la naturaleza de buda que todos poseen pero muy pocos realizan.

También la unidad de la sabiduría y la compasión, como las dos alas de un pájaro, sin que una pueda existir realmente sin la otra. A partir de ellas aparece también el tema recurrente de la no diferenciación entre las existencias, de una misma esencia sin substancia, ku.

 

La ubicación del poema es el monte Ira, actualmente monte Tara, situado en la frontera entre Saga y Fujitsujun. Esta bella montaña tiene una altitud de 983 metros y el lago del que habla Daichi es casi un mar cerrado pero que comunica con el océano. Es el mar Aryaka.

De nuevo en este poema los ideogramas son poco precisos. No sabemos si se trata de un lago de montaña, de una montaña cerca del lago o del lago y la montaña. En Europa y el mundo occidental los términos son más precisos, pero para alcanzar la precisión hay que hacer categorías. Y zazen es la consciencia infinita, hishiryo.

 

Olas innumerables, frío infinito. Las olas y el frío tienen relación con el viento. En zazen podemos observar el viento que nos conduce, que influye nuestra consciencia y nuestras acciones, a veces el viento del karma, a veces el viento del comportamiento justo.

La consciencia de zazen es sin viento, sin karma, aquí y ahora. Todo está en paz, sin ninguna complicación. Las complicaciones pueden surgir después de zazen, pero ahora solamente estamos sentados. Los pensamientos que aparecen son solo visitantes.

Cuidado con la postura de la cabeza. La nariz en la misma línea que el ombligo, las orejas en el mismo plano que los hombros. Mantened la cabeza recta, entrad el mentón, la mirada está puesta en el suelo un metro delante de uno mismo. Para observar la rectitud de la cabeza hay un método transmitido por Mokusho Senku que consiste en levantar los ojos, poner la mirada totalmente perpendicular a la pared y después bajar la mirada sin bajar la cabeza, así la cara recibe la luz.

 

Japón tiene una temperatura templada, pero también recibe la influencia de Siberia, del círculo polar, especialmente en el norte. Donde está Daichi parece que hace mucho frio.

En el tercer verso, La nieve se amontona en la bandeja de plata a un altura de tres mil jo, el maestro Daichi hace referencia al poema Hokyo Zanmai del maestro Tozan cuando dice:

Semejante a la nieve blanca que se amontona en la bandeja de plata

la luz de la luna envuelve a la garza blanca.

Son cercanas pero no idénticas.

Están mezcladas íntimamente, sin embargo cada una comprende su estado.

 

Aquí el maestro Tozan utiliza esta imagen para explicar la no diferenciación en la multiplicidad. Blanca la nieve, blanca la bandeja de plata, blanca la luz de la luna, blanca la garza blanca; del mismo color, semejantes pero no idénticos. Todos los seres son naturaleza de buda, pero también cada uno es distinto.

Aquí en Shorin ji la luna llena era muy fuerte durante esta segunda parte del mes de enero. Recién en mitad de la noche me desperté y miré por la ventana. La luz de la luna blanqueaba todo el paisaje, como si todo estuviera cubierto por la nieve, era impresionante.

En la traducción francesa bandeja es plateau, pero plateau también es una meseta, como en Madrid, es decir una montaña sin cima, pero con altura – como una mesa. En el poema está este recuerdo de la blancura de la nieve y de la bandeja de plata y también una montaña, una meseta cubierta de nieve que da una luz igual que una joya.

Es la actitud del espíritu durante zazen, Hishiryo, la no-diferenciación del contenido, como en el poema del maestro Tozan. Cierto que somos todos distintos, cada uno tiene sus características, buenas, malas, nadie es perfecto aunque algunos lo piensen. Pero en esta diferenciación también hay una parte de igualdad, somos uno con la tierra y el cielo.

 

Creo que es lo que se infunde en este poema. Cuando podemos dejar aparecer en nosotros esta igualdad con todas las existencias, entonces la luz, la realización, es como una joya preciosa. No es una iluminación que viene del exterior sino un resplandor donde interior y exterior no están separados.