LOS POEMAS DE DAICHI: 42. Dedicado a la gran monja Sokei

Una pequeña diferencia crea una distancia de diez mil li.

¿Será imposible retornar o volver a ver de nuevo?

Es triste ser como una grulla en una jaula,

Incluso si está suelta en el cielo ilimitado no puede volar libremente.

 

Sokei, a quien está dedicado este poema, fue una gran monja en la historia del budismo coreano, y también una princesa de la familia real que vivió a principios del siglo VIII en Corea. En el año 713 envió a un monje llamado Sanbo a China para encontrarse con el sexto patriarca chino, Daikan Eno, pero cuando llegó Eno ya había fallecido. Sanbo, a su regreso, llevó a Corea un retrato del sexto patriarca y una copia del Sutra del Estrado, que recoge sus enseñanzas y autobiografía. Sokei algunos años más tarde fundó un templo en el monte Chisan que se llamó Sokei-ji, tomando los nombres de su fundadora y de la montaña donde enseñaba Daikan Eno.

Una pequeña equivocación crea una distancia de 10.000 li. Cuando falleció el maestro Deshimaru también hubo algunos discípulos que empezaron a practicar en ese momento, o que vinieron a la práctica tras la muerte del maestro sin haberse enterado de que había muerto. Algunos se quedaron y entraron en la sangha, otros desaparecieron. Cuando hace años estuve en Japón, me reencontré con un monje japonés que había querido venir a seguir y ayudar al maestro Deshimaru, pero cuando llegó el maestro ya había fallecido. Entonces volvió al Japón y entró en el Sotoshu.

Entonces entre esta monja princesa Sokei y el gran maestro Daikan Eno no hubo encuentro posible, Sanbo no pudo llevar a Corea el verdadero Zen. No es posible ir hacia atrás, no se puede cambiar el tiempo ni las circunstancias. Así es. ¿Será imposible regresar o volver a ver de nuevo?

Daichi piensa que no podrá volver a su país natal. Se figura a sí mismo como una grulla en una jaula, no puede volar. Está libre pero las circunstancias hacen que no pueda iniciar su vuelo, y siente melancolía.