LOS POEMAS DE DAICHI: 51. Kasatsu enbo — El paisaje de Kasatsu a lo lejos

 

Frente a la ventana barrida por el viento, el mar de otoño.

Cuando los estados de sabiduría y de compasión se fusionan en la unidad, nuestra vista y nuestro pensamiento se vuelven universales.

Si bien la montaña azul no se mueve en el mar,

La bella luna de la ola del espíritu ha pasado y ha seguido la corriente.

 

De nuevo un paisaje-zazen, un paisaje que describe la condición de zazen. 

Kasatsu, que en la actualidad se llama Kasuza, es un lugar situado en Shimabara, prefectura de Nagasaki. Del templo donde vivió el maestro Daichi en el último periodo de su vida quedan solamente las ruinas. La Ermita de la Luna y el Agua, Entsu-ji o Suigetsu an darán título a varios de sus poemas. Allí es donde el maestro murió. 

En sus poemas aparece mucho la presencia del viento, un poco como aquí últimamente — así que para nosotros, que oímos los sonidos de la naturaleza que nos trae el viento,  es mas fácil relacionarnos con estos poemas. Ayer cuando paseaba por el bosque de pinos arriba en la montaña el viento cantaba fuerte. Venía de muy lejos y pasaba por la tierra nuestra muy actual, muy presente.

 

Cuando los estados de sabiduría y de compasión se fusionan. El maestro Deshimaru nos decía que sabiduría y compasión son como las dos alas de un pájaro, nos permiten volar en nuestra vida de práctica. La sabiduría del Zen desarrolla el espíritu de ecuanimidad en relación con toda la información que recibimos del mundo. Ecuanimidad sin discriminación, sin categorías mentales, sin los movimientos que produce el yo condicionado. 

Por el lado de la compasión es igual. No establecemos categorías morales y la sabiduría-intuición nos lleva. Con sabiduría sin compasión uno se vuelve seco, no da fruto; con compasión sin sabiduría uno se vuelve demasiado tierno, insensato; por tanto, la Vía del medio, pero sin crear categorías. La compasión no es un objeto buscado para ayudar a los demás. La compasión se establece inconsciente, natural y automáticamente gracias a la sabiduría. Y ésta no es un conocimiento personal tampoco. La sabiduría no es algo separado de las demás existencias. Considerarlas nos enseña el espíritu de ecuanimidad, de la no diferenciación: uno mismo y los demás, sin diferencias, una misma naturaleza. Así nuestra visión no pertenece solo al yo, nuestra mirada puede liberarse del yo pensante por un momento y hacerse universal. Los estados de sabiduría y compasión son la cualidad de Kannon, Kanzeon Bosatsu.

 

La montaña azul es inmóvil, pero la bella luna se deja llevar por la corriente del mar Amakusa. La verdad del Buda es inmutable como la montaña, pero la cualidad del bodhisattva Kannon se transforma sin parar y se armoniza con la corriente de nuestra sociedad.

Nada aparte de la montaña azul está fijo. Siempre en movimiento, nada permanece. La bella luna de la ola del espíritu pasa, ha seguido la corriente.