LOS POEMAS DE DAICHI: 45. Baku sen – La cascada de agua

Muchos de los poemas de Daichi representan un paisaje y al mismo tiempo hablan de la actitud del espíritu durante zazen o de la enseñanza del zen.

 

Derramándose impetuosamente, parecido a la masa de una nube de lluvia.

Una línea se separa en dos.

Si uno pregunta de dónde viene su manantial,

es el trueno furioso que rugiendo rompe el terrible acantilado escarpado.

 

Este poema representa un paisaje, el acantilado cerca de Shogo-ji, el templo de Kumamoto. En esa montaña vivió Daichi durante un tiempo.

Una línea se separa en dos. Alude a la separación del Zen en las dos escuelas, Rinzai y Soto. El mismo manantial, el mismo agua, pero dos caminos distintos. Si uno pregunta de dónde viene su manantial; las dos escuelas tienen la misma fuente: el Dharma del Buda, la enseñanza del Buda que se ha transmitido desde Bodhidharma hasta Eka, Doshin, Konin, Eno, el Sexto Patriarca y sus dos excelentes discípulos, Seigen y Nangaku.

En general, la mayoría de las escuelas budistas tienen como origen el Dharma de Buda, el Despertar de Buda. Aunque en China se mezclaron taoísmo y budismo y los traductores de los sutras utilizaron también palabras taoístas (el Tao, la Vía) la Vía del budismo es la Vía del Despertar de Buda, el camino que conduce al mismo Despertar que alcanzó el Buda Shakyamuni bajo el árbol de la Bodhi.

 

Caminar hacia el Despertar no es una expresión justa, porque el Despertar ya está en nosotros, sí lo es caminar por la Vía que permite reconocerlo. Entonces en el zen Soto se trata de zazen. En el zen Rinzai la meditación es menos importante, es una práctica diferente que se apoya más sobre el despojo mental a través de los koan.

Un poco antes de la época de Nyojo, el maestro de Dogen, al final del siglo XI, al Zen Soto se le atribuyó el nombre de Mokusho Zen, un poco como una crítica. Mokusho Zen es el Zen del Despertar silencioso. Pero posteriormente esa crítica se ha convertido en un halago; mokusho: el silencio, el silencio interior.

 

El Dharma del Buda es el trueno furioso que rugiendo rompe el terrible acantilado escarpado. Hay una fuerza, una energía que rompe las paredes, los límites, los obstáculos. En zazen existe esta energía que se manifiesta. Aquí cuando el viento sopla se puede oír el ruido de los ríos de alrededor, incluso un riachuelo como el que atraviesa la finca del vecino o el río que hay en el valle. El viento lleva lejos el furioso sonido del agua que corre.

Soto, Rinzai son el mismo agua que brota del mismo manantial.