Consejos para la Práctica
Del Maestro Wanshi Sogaku (1091-1157)
El campo luminoso y sin límites.
El campo de la vacuidad sin límites es lo que existe desde el principio de todo. Debéis purificar, curar, moler o apartar todas las tendencias que habéis fabricado y transformado en costumbres del comportamiento. Así podréis estableceros en el interior del círculo claro y radiante. La vacuidad absoluta no incluye ninguna imagen, la verdadera independencia no descansa sobre nada. Haced crecer e iluminad la verdad original sin preocuparos de las circunstancias exteriores. Además, se nos dice: realizad que nada existe verdaderamente. En este campo la vida y la muerte no aparecen. El manantial profundo, transparente hasta lo más recóndito puede irradiar su luz y puede dialogar sin dificultad con la más mínima mota de polvo sin convertirse en su cómplice. Esta cualidad sutil de ver y de oír transciende todo color y todo sonido. Todo este proceso sucede sin dejar huella alguna y sin oscurecer ningún espejo: de forma muy natural el espíritu y los Dharma surgen y se armonizan. Un maestro antiguo dijo que el no-pensamiento establece y llena la Vía del no-pensamiento; estableciendo y llenando la Vía del no-pensamiento lograréis estableceros allí. Persiguiendo esta Vía sois capaces de guiar la asamblea de los discípulos. Sentados en silencio, los pensamientos transparentes, pasearos por el centro del círculo de las maravillas. Así es como debéis penetrar la Vía y estudiarla.
La práctica de la verdadera realidad.
La práctica de la verdadera realidad es simplemente sentarse serenamente en la observación interior silenciosa. Cuando habéis profundizado esto no podéis ser revueltos por las causas y condiciones exteriores. Este espíritu vacío, ampliamente abierto os ilumina de manera sutil y correcta. Llenos de vuestro espacio interior, permaneced satisfechos sin ser perturbados por el deseo de asir algo. Dejad atrás vuestro comportamiento habitual y realizad el sí mismo que no está poseído por ninguna emoción. Debéis tener el espíritu amplio, entero, sin depender de los demás. Tal espíritu de rectitud y de independencia puede empezar a no seguir las situaciones que provocan degeneración. Podéis residir en este estado y llegar a ser justos, puros y lucidos. Luminosos y penetrantes, podéis en el instante volver a la acción, armonizaros con todas las cosas, hacer frente a los eventos y administrarlos. Nada está escondido, las nubes flotan graciosamente en las cimas, el claro de luna se refleja en los torrentes que se precipitan montaña abajo. Todo el lugar está irradiado de luz y espiritualmente transformado, enteramente liberado y manifiesta una clara interdependencia como la caja y su tapadera o como el encuentro de las dos puntas de flecha. Perseverando, cultivaros y nutriros vosotros mismos de forma que la madurez se establezca y se realice la estabilidad. Si en todas partes os encontráis de acuerdo con la perfecta claridad y si dais pruebas de flexibilidad sin depender de las doctrinas, como el búfalo blanco o el gato salvaje, podéis ser llamados una persona entera. Así entendemos que actúa la Vía del no-pensamiento, pero antes de realizarlo nosotros mismos, nos encontraremos todavía frente a grandes dificultades.
Haced frente a todo, abandonad y alcanzad la estabilidad.
Amplio, proyectándose a lo lejos, puro y resplandeciente de luz, este espíritu no tiene bloqueos. Su brillo no resplandece al exterior pero puede llamarse vacío y esencialmente resplandeciente. Este brillo purificador trasciende las causas más allá del sujeto y el objeto. Sutil a la vez que preservado, iluminado y amplio, no puede ser expresado como ser o no-ser, tampoco puede discutirse en términos de imágenes o cálculos. Exactamente ahí en su centro el eje central gira, el paisaje se abre. En armonía con el centro reaccionáis sin esfuerzos y realizáis sin molestias. En todas partes girad igualmente libres sin ajustaros a las condiciones y sin caer en las clasificaciones. Haciendo frente a todo, abandonad y alcanzad la estabilidad. Permaneced con esto exactamente como esto. Permaneced con eso justo como eso. Esto y eso están mezclados sin discriminación, ya que cada uno está en su sitio. Entonces se dice que la tierra levanta la montaña sin conocer la pendiente abrupta de la montaña. La roca contiene el jade sin saber que el jade no tiene defecto. Así es como dejamos nuestra morada, así es como debe practicarse ‘abandonar su propia casa’.
Contemplar los diez mil años.
Los monjes que llevan el Kesa desarrollan un espíritu directo y fresco y permanecen alejados de los resabios de todo condicionamiento. Limpiad constantemente y profundizad ese cuadrado de campo. Cortad directamente todas las hierbas que han crecido demasiado. Alcanzad el límite en todas las direcciones sin manchar siquiera un solo átomo. Espirituales y luminosos, amplios y manifiestos, aclarando totalmente lo que se encuentra ante vosotros, alcanzad directamente esta luz resplandeciente y esta claridad que no puede mancharse con ninguna impureza. Inmediatamente sacudid y tirad hacia atrás de los ollares del búfalo. Claro que sus cuernos son imponentes y muge como una bestia pero nunca estropea ni los brotes ni las semillas de nadie. Paseándoos libremente aceptad lo que sucede. Aceptando lo que sucede pasead libremente. No seáis limitados por nada y no os paréis en ningún lugar. Así el arado abrirá la tierra en el campo del Kalpa de la vacuidad. Actuando de esta manera ningún suceso permanecerá oscuro, cada reino aparecerá completo. La contemplación de los diez mil años comienza por no estancarse en las apariencias. Así se dice que la tierra del espíritu contiene cada semilla y que la lluvia universal las hace crecer a todas. Cuando el Despertar florece, los deseos se desvanecen y el fruto de la Bodhi es perfectamente él mismo.
Haced el trabajo de Buda.
El campo de la vacuidad no puede ser cultivado ni expuesto. Desde los orígenes está completo en su totalidad, no-manchado y claro en toda su profundidad. Ahí donde todo es correcto y absolutamente suficiente, alcanzad el ojo puro que ilumina perfectamente todo y cumple la liberación. La iluminación incluye esta puesta en práctica, la estabilidad se desarrolla practicando. Nacimiento y muerte no tienen en origen ni raíz ni ramas; apariciones y desapariciones no tienen originalmente signos distintivos ni huellas. La luz original, vacía pero eficaz, ilumina la cima del cráneo. La sabiduría original, silenciosa y gloriosa, responde a las condiciones. Cuando alcancéis la verdad ultima que no tiene ni centro ni bordes cortando el pasado y el futuro, es cuando realizaréis la integridad. Por toda parte las sensaciones y los objetos están simplemente ahí. Aquel que saca su larga y ancha lengua y transmite la lámpara que nunca se apaga, irradia la gran luz y cumple el trabajo de Buda, desde el primero sin tomar prestado a los demás un solo átomo exterior al Dharma. Esto sucede claramente en vuestra propia casa.
Olvidar el merito es la realización.
Alejaos de los disturbios y haced frente a todo lo que se os presenta. Nada se infiltra del exterior. Las dos formas (yin y yang) poseen la misma raíz y las diez mil imágenes son de una sola sustancia. Siguiendo los cambios y acompañando las transformaciones, la totalidad no está turbada por las nubes de las condiciones anteriores. Entonces, alcanzáis los cimientos de la Gran Libertad. El viento sopla y la luna brilla y los seres no son obstáculo. Después, tranquilizaos y haced frente a vuestra responsabilidad. La sabiduría vuelve y el principio es realizado. Cuando olvidáis todo merito vuestra posición se realiza. No busquéis ocupar posiciones honorables, pero entrad en la corriente del mundo; volved a las ilusiones. Trascendentes, solitarios y gloriosos, sabed directamente que transmitir es un merito, pero haber transmitido no es merito vuestro.
La raíz que el sabio no puede transmitir.
Liberad totalmente vuestra cabeza y vuestra piel de sus moldes. No entréis en ninguna distinción entre la sombra o la luz. Cuando los diez mil cambios no alcanzan nada es la raíz que incluso diez mil sabios no pueden transmitir. Simplemente por vosotros mismos iluminad y experimentadla profundamente en íntimo acuerdo. La luz original atraviesa la confusión con su brillo. La verdadera iluminación se refleja lejos en el espacio. Las deliberaciones acerca del ser o del no-ser son abandonadas totalmente. La maravilla aparece delante de vosotros y su merito es transportado durante Kalpa. Inmediatamente seguid las condiciones y estad de acuerdo con el Despertar, libre de toda profanación. El espíritu no se ata a las cosas y las huellas de vuestros pies no son visibles en el camino; entonces sois llamados para continuar los asuntos de la familia. Incluso si comprendéis, por favor, continuad practicando hasta que eso se os vuelva familiar.
Pasearos y jugad en el Samadhi con una confianza total.
Vacío y sin deseos, calmo y transparente, simple y auténtico así es la manera de cortar y concluir las costumbres remanentes de numerosas vidas. Cuando las manchas han desaparecido de los viejos vestidos, la luz original aparece atravesando vuestro cráneo, impidiendo cualquier otra cosa. Ancho y extendido, como el cielo y el agua mezclándose en el otoño, como la nieve y la luna portando el mismo color, este campo no tiene fronteras, más allá de cualquiera dirección, magníficamente una entidad sin bordes ni costuras. Luego cuando giráis hacia el interior y soltáis absolutamente todo, la realización aparece. Entonces, exactamente en el momento de soltar todo, deliberación y discusión están alejados mil o diez mil kilómetros. Pero como ningún principio es discernible, entonces ¿qué puede haber para mostrar o explicar? La gente que ha caído en un pozo sin fondo encuentra inmediatamente una confianza total. También se nos dice simplemente: realizad y explorad un intercambio mutuo, luego daos la vuelta y entrad en el mundo. Recorredlo y jugad en el Samadhi. Cada detalle aparece claramente ante vosotros. El sonido y la forma, el eco y la sombra, aparecen de forma instantánea sin dejar ninguna huella. El exterior y el sí mismo no triunfan el uno sobre el otro, simplemente debido al hecho de que ninguna percepción de los objetos se introduce entre nosotros. Sólo esta forma de no percibir incluye el espacio vacío de las diez mil formas del reino del Dharma. La gente con esta cara original debería examinar y poner en práctica totalmente este campo sin descuidar un solo fragmento.
El espíritu del valle y el maestro viento.
Los monjes portando el Kesa practican completamente sin llevar con ellos el más mínimo hilo. Resplandecientes, de un espíritu abierto y puros, son semejantes a un espejo reflejando un espejo, sin tomar en cuenta cosa alguna del exterior, sin capacidad de acumular polvo. Iluminan totalmente todo, no perciben nada como un objeto. A esto se llama cargar el fardo desde el interior y muestra cómo llevar la responsabilidad sobre las espaldas. La sabiduría ilumina la oscuridad sin confusión. La Vía se integra al cuerpo y no se queda estancada. Desde este refugio de libertad, comprometiéndose y transformándose según la ocasión, la sabiduría no se pierde. Claramente la Vía no se cubre de manchas. El espíritu del valle devuelve el eco del sonido. El maestro viento anda en el cielo. Sin obstáculos y libres, más allá de la coacción, no dependen de indicaciones por sutiles que sean, y su espíritu esencial no puede ser eclipsado. Colmados, viajad y llegad a este campo. Todo el lugar es seguro, todo el lugar está preñado de oportunidades (entretenimiento); el campo abierto del buey blanco es claro y sencillo, de un solo color. Incluso si echáis al buey, no se irá. Debéis hacer la experiencia íntima y poder llegar allí.
Simplemente abandonad todo.
Simplemente permaneced en vosotros mismos en este estado y abandonad todas las condiciones. El espíritu claro y brillante, sin profanar absolutamente nada; simplemente penetrad y abandonad todo. Hoy no es el día de vuestra llegada aquí. Desde el antiguo refugio de antes del Kalpa del vacío, claramente nada ha sido oscurecido. Aunque seáis de forma natural espiritualmente animados y espléndidos, todavía debéis avanzar y poner eso en práctica. Haciendo eso haced aparecer cada átomo sin que ni una sola mota de polvo quede oculta. Calmados y tranquilos en un descanso profundo, comprended profundamente. Si vuestra paz no os llena y languidecéis por ir más allá de la vida y de la muerte, no puede existir semejante lugar. Sólo manifestaros y podréis dar prueba de discernimiento sin ninguna mota de polvo en los pensamientos, puros sin ninguna razón de ansiedad. Tomando un poco de distancia, las manos abiertas abandonando todo, eso es comprender profundamente la vida y la muerte. Inmediatamente podéis resplandecer y contestar al mundo. Sed en unidad con todas las cosas. Cada lugar es naturalmente justo. Así se nos dice que desde los tiempos antiguos hasta los tiempos modernos ningún Dharma está escondido, que están siempre aparentes y descubiertos.
El antiguo ferry (transbordador) en el brillo de la luna.
La tarea principal de un monje llevando el Kesa es practicar la esencia, discerniendo el manantial brillante en lo que sucede a cada momento, irradiando sin ninguna discriminación, con un color único y sin mancha. Debéis girar hacia el interior, así el manantial podrá ser captado. A esto se llama continuar el deber de la familia. No sigáis las modas que cambian, transcended la dualidad de la luz y de la sombra. De acuerdo con los Patriarcas, el camino único maravillosamente tiene fuerza de ley. Los restos, los residuos del mundo se van, su influencia se acaba. Este conocimiento del mundo no se puede comparar con volver al origen y obtener la certificación. Haciéndose vuestra observación más ancha aún que vuestro cráneo, el centro puede ser por fin satisfecho y podéis liberaros de todo lo que es transitorio. Las cañas florecen bajo la luna brillante, el antiguo ferry empieza su viaje, el hilo de jade se enhebra en la aguja de oro. Entonces la ocasión de dar la vuelta se presenta, entrad en el mundo y responded a las condiciones, todo polvo es enteramente vuestro, ningún Dharma es el de otra persona. Seguid la corriente y remad naturalmente sin obstáculos.
En la fuente centellean las vías.
Todos los Buda y todos los Patriarcas testifican sin excepción que han alcanzado todos ese refugio donde los tres tiempos – pasado, presente y futuro – cesan y donde los diez mil cambios encuentran el silencio. Recto hacia delante, sin oposición del más mínimo átomo, el espíritu de Buda naturalmente iluminado penetra sutilmente la fuente original. Cuando eso es reconocido y completamente realizado, este espíritu comunica con él mismo y contesta a las situaciones. Las vías centellean y todos los seres distinguen su brillo. Luego entienden que la realización del sí mismo proviene naturalmente de este lugar. Las miles de briznas de hierbas alrededor nunca influyen ni mis causas ni mis condiciones. El cuerpo entero de la cabeza a los pies actúa con dulzura.
El malentendido de numerosas vidas.
La vacuidad no tiene características propias. La iluminación no contiene ningún sufrimiento emocional. Con un resplandor penetrante y profundamente tranquilo, elimina misteriosamente toda vergüenza. Así uno puede conocerse a sí mismo; así el sí-mismo está completo. Desde el principio todos poseemos este campo claro y maravillosamente luminoso. Numerosas vidas de malentendidos provienen sólo de la desconfianza, del malestar y de las barreras de confusión que creamos en nuestro escenario de aislamiento. Con una sabiduría sin límites, un viaje más allá de ‘esto’ olvidando las proezas. Abandonad directamente las estratagemas y haced frente a vuestra responsabilidad. Habiendo dado una vuelta sobre vosotros mismos, aceptando vuestra situación, si ponéis un pie en el camino la energía espiritual os llevará de una forma maravillosa. Vivid los fenómenos con una sinceridad total, ningún átomo fuera de vosotros mismos.
Uno mismo y los demás no están separados.
De manera natural todos los Dharma son mágicos más allá de toda descripción. La visión perfecta no muestra ninguna fisura. En la montaña, en los bosquecillos, en los prados y en los grandes bosques, la verdad ha sido siempre expuesta. Discernid y coged la larga y ancha lengua de la enseñanza de Buda, que en ningún sitio puede ser enmudecida. Lo que es dicho es instantáneamente entendido; lo que es entendido es instantáneamente dicho. Los sentidos y los objetos se mezclan; el principio y la sabiduría están en unidad. Cuando el sí mismo y los demás no están separados, el espíritu y los Dharma están en unidad.
Cuando afrontáis lo que habéis excluido y veis como esto aparece, rápidamente debéis ensamblarlo e integrarlo. Ponedlo a trabajar en vosotros mismos, luego estableced un Zazen tranquilo.
Diez mil millones de espíritus iluminados.
La Vía vaga en el centro vacío del círculo y alcanza el punto de libertad cuando todas las apariencias son olvidadas. El sí mismo puro y último resplandece, brillando simplemente por su iluminación. Haciendo frente al límite del mundo del objeto sin levantar no obstante barrera alguna por vuestros sentidos ¡realizad la sutileza de cómo eliminar el oleaje turbulento de la aparición y la extinción! Prestad únicamente confianza a la fuente de la creación. Si sentís la sombra del espacio de un cabello, nada será captado; sólo experimentad y contestad de forma apropiada. Por este impacto singular numerosos miles de caminos se abren y todas las cosas son preponderantes. Por esta unificación hablo con brillantez del Dharma. El sí-mismo se divide en 10.000 millones de espíritus iluminados distintos. Distinguidlos sin caer en los nombres y las clasificaciones y armonizaros con ellos plenamente y sin esfuerzo. El espejo es claro y magnánimo. El valle está vacío pero devuelve el eco. Desde el principio liberado de ver y de oír, el sí-mismo original se desapega y juega sin obstáculos en el Samadhi. Cuando eso se desarrolla así ¿Cómo podría no ser beneficioso?
Sentarse vacío de toda angustia mundana.
Si verdaderamente apreciáis en su justo valor un único rayo de sol, entonces vuestro ojo bien puede afrontar el mundo y sus cambios. Dotados de una visión clara no os dejéis llevar a error, así las diez mil situaciones no podrán cegaros. El claro de luna flota en el agua, el viento sopla en los pinos. La oscuridad o la luz no os inquietan. El viento que silba, bien puede resonar como lo hace, infiltrándose por todas partes sin ninguna dificultad. Deslizándonos sobre los fenómenos, armonizándonos sin desvío, abandonando completamente nuestra cortina de polvo, todavía no llegamos a nuestro refugio original. Calmad los resabios de vuestro acondicionamiento. Sentaos vaciados de toda angustia mundana, silenciosos y brillantes, claros y luminosos, limpios y listos para aceptarlo todo, universales y abiertos. Sin preocuparos de los polvos exteriores sed colmados en vuestro propio espíritu, llegad a ese campo y reconoced inmediatamente a los Patriarcas que os han precedido.
Cómo observar Buda.
Observar su propia forma autentica es la manera de observar Buda. Si podéis hacer la experiencia por vosotros mismos sin ser presa de distracciones, entonces superad toda parcialidad e id más allá de todo concepto. Todos los Buda y todos los espíritus alcanzan lo esencial, desprovisto por completo de dualidad. Los monjes que llevan el Kesa caminan silenciosamente y permanecen tranquilos; el espíritu vacío, maravillosamente penetrante, exactamente como la vacuidad suprema penetra este Kalpa de polvo. Llena de dignidad e independiente, radiante más allá de cualquier duda, preservando esta prioridad, la energía da media vuelta y transforma toda alienación. Pasando a través del mundo haciendo frente a las situaciones, la iluminación está desprovista de luchas y avanza sin dejar huellas. Desde el principio de los tiempos las nubes liberan alegremente la lluvia llevándose los obstáculos del pasado. La enseñanza directa es muy pura y regular. Nada puede bloquearla. Inmediatamente, sin permitir al pasado haceros volver atrás, ponedlo en práctica de forma autentica.
Volved a la fuente y poneros al servicio de los Patriarcas.
Los que generan una descendencia (Zen) son llamados Patriarcas. Al lugar donde surge la corriente se le llama manantial. Después de haber visto el manantial y reconocido a los Patriarcas, antes de que vuestro Despertar se disperse, sed inquebrantables y no sigáis ni a la vida ni a la muerte ni al pasado. Si no sucumbís, entonces todos los seres manifestarán la totalidad. Despertaos y entonces la tierra, las raíces y las partículas de polvo son liberadas. Aunque vacía de deseos y sin deliberaciones internas, la comprensión no está encerrada más allá. La comprensión maravillosamente brillante no se preocupa de las diez mil imágenes y no puede extraviarse. En cada mota de polvo se encuentra una vasta abundancia. En los cien mil Samadhi todas las vías son majestuosas, todos los Dharma son satisfechos. Todavía debéis juntarlos y llevarlos en vosotros. Para alcanzar esta glorificación, volved al manantial y poneros al servicio de los Patriarcas. Juntaros conjuntamente en la unidad, observaros a vosotros mismos y continuad.
La totalidad emerge en su brillo original.
El lugar de la iluminación silenciosa y serena es la bóveda celeste en el otoño claro, brillando sin esfuerzos, deslumbrante al través de la luz y la sombra. En este punto, la totalidad es suprema y emerge de forma auténtica. El manantial claro se realiza con el espíritu, el eje es ancho y la energía viva, todo aparece en su brillo original. El centro es evidente y reconocido como tal. Todos los diversos eventos son realizados, el yin y el yang están en equilibrio y las diez mil representaciones no son ya diferenciadas. Dulce y de carácter igual, magníficamente en paz de norte a sur, de este a oeste, el cielo es parecido al cielo, la gente es parecida a la gente, sensible hasta en sus cuerpos, manifestados en sus formas, prodigando el Dharma. Esta capacidad es enteramente actualizada, aboliendo todo obstáculo.
Las imágenes espectaculares de nubes y de dragones.
En la morada del viento, las nubes y los dragones se persiguen armoniosamente. Muy naturalmente no sienten ninguna necesidad de expresar sus intenciones ni a unos ni a otros. De la misma forma los monjes llevando el Kesa, acomodándose entre ellos y apoyándose en las causas y condiciones, pueden practicar juntos armoniosamente. Llegando subrepticiamente, revelándose con evidencia, las maravillosas nubes y los dragones entran en escena y no pueden ser confundidos. Volando encima de los diez mil fenómenos, cada uno presenta distintamente una imagen espectacular. Sin ni siquiera la separación de un pelo entre ellos, surgiendo con espontaneidad, muestran claramente lo que es volver a su refugio. Sin embargo deben seguir estudiando hasta la saciedad. Las nubes se dispersan y los vientos cesan. El cielo de otoño se aclara y la luna sube al horizonte. Las aguas de los cielos no tienen límite. Cuando la tierra está tranquila, la claridad comienza a ser realizada.
Las flores de Buda, las hojas, las raíces y el polvo.
La Vía no es lo que transmiten los Patriarcas. Antes de que aparecieran los Patriarcas, ya llenaba todo el espacio. Ku, la vacuidad no posee ninguna característica: la espiritualidad no puede ser imitada. La iluminación surge por sí misma de las causas y condiciones. Vivir constantemente fuera de las apariencias superficiales es ser llamado un Patriarca. Simplemente certificad y uníos con esto: esto no se os puede transmitir. Todos los Buda llegan a este punto y lo consideran como el último punto. Afrontan las transformaciones y dispersan su cuerpo como flores, hojas, raíces y polvo. La sabiduría penetra los tres tiempos y los diez mil cambios no nos molestan; ninguna mota de polvo nos es desconocida. Esta maravilla está más allá de los miles de textos clásicos, entonces, ¿cómo podríais engancharos al mundo de las sombras?
Un paso hacia atrás y la olla puesta de pie.
Claros hasta las entrañas, completamente silenciosos, iluminad la fuente vacíos y llenos del espíritu, vastos y brillantes. Aunque hayáis examinado vuestra imagen con lucidez y ningún eco ni oscuridad la perturbe, si buscáis más profundo veréis que siempre habéis hecho distinciones entre los méritos de cientos de empresas. Entonces debéis dar un paso atrás y alcanzar directamente el centro del círculo de donde proviene la luz. Magnánimos e independientes, debéis aún abandonar todo pretexto de merito. Comprendéis verdaderamente que nombrarlo engendra los seres y que estos se elevan y caen enredados. Cuando podáis compartir vuestro sí-mismo (intimidad), entonces podréis administrar los asuntos y poseer el sello puro que certifica las diez mil formas. Viajando en el mundo al encuentro de los fenómenos, cada uno entra por sí mismo alegremente tanto en las ilusiones como en los Samadhi y acepta este comportamiento de vaciarse uno mismo para no estar lleno de sí mismo. El valle vacío recibe las nubes. El río tranquilo refleja la luna. Sin marcharse y sin permanecer, más allá de todos los cambios, podéis enseñar sin meta o expectativa personal. Todo por doquier vuelve a la tierra de antaño. Ni un solo pelo ha sido movido, doblado o levantado. A pesar de centenas de horrores o de miles de estupideces, la olla puesta de pie es naturalmente saludable. Las repuestas de Joshu “lava tu cuenco” y “bebe tu té” no requieren ninguna explicación, desde el principio siempre han sido perfectamente claras. Observar cada cosa con un ojo completamente abierto es la conducta espontánea de un monje portando el Kesa.
Resplandeciendo a través de la oscuridad.
Estudiad profundamente Buda y buscad la sutileza de su linaje. Debéis aclarar vuestro corazón, sumiros en el espíritu y pasearos en silencio en la contemplación asiendo la fuente del Dharma. Sin estrechez de espíritu o sin cortar los pelos en cuatro para crear obstáculos, sed magnánimos más allá de las apariencias. Espléndidos y tornasolados como el rocío enfriando el otoño, nobles como la luna derribando la oscuridad; desde el comienzo resplandeced a través de las tinieblas libres de toda traba. Siempre tranquilos y gloriosos, la tranquilidad no es disipada por las causas y la gloria no es estropeada por las sombras. Libre, liso y puro el Kalpa de la vacuidad no moverá ni agitará ni oscurecerá esta fuente. Capaces de permanecer serenos y sabios, entonces podéis andar aquí con total seguridad. La nave de jade da media vuelta dándoos la energía para hacer igual, compartir lo que sois y reaccionar al mundo. En este reino se sitúan las formas separadas y limitadas, pero todas ellas son sólo las formas que establecemos nosotros mismos como resultado de nuestros cuatro elementos. ¿Cómo podrían existir obstáculos? Como este espíritu carece totalmente de obstáculos, no hay ninguna diferencia entre éste y yo, yo mismo y los demás no estamos separados por los nombres. Los colores y los sonidos se atropellan juntos, despreocupados y trascendentes abalanzándose unos sobre otros. Entonces se dice que las montañas y los ríos no están separados. Debéis poner esto en práctica, como la luz que brilla por todas partes.
El campo del Dharma, tierra del espíritu y la semilla única.
El campo del espíritu brillante es una antigua región salvaje que no cambia. Con una determinación ilimitada recorred esta ancha llanura inmaculada. Las nubes que pasan abrazan la montaña, el viento de la familia es tranquilo y sencillo. Las aguas del otoño reflejan la luna en su puro brillo. Cuando lleguéis aquí seréis capaces de reconocer directamente este campo del Dharma, tierra del espíritu que es la raíz original de las diez mil formas que germinan en una fertilidad nunca marchita. Estas flores y estas hojas son el mundo entero. Entonces se dice que una sola semilla contiene todo un campo baldío. No arranquéis los nuevos brotes y el uno mismo florecerá.
La fascinación de las nubes y el amor de la luna.
Fundamentalmente una persona de la Vía no reside en ningún lugar. Las nubes blancas están fascinadas por la parte inferior de la montaña verde. Le gusta a la luna brillante ser arrastrada por la corriente del agua. Las nubes se van y la montaña aparece. La luna se posa y el agua está tranquila. Cada pequeña faceta del otoño contiene un vasto intercambio sin límites. Cada polvo engloba la totalidad pero no me alcanza, los diez mil cambios están pacificados pero esto no me pone en movimiento. Si podéis estar sentados aquí llenos de estabilidad, entonces podéis dar un paso al otro lado libremente y comprometeros con el mundo con energía. Un excelente dicho precisa: las seis puertas de los sentidos no están veladas y los caminos en todas las direcciones están vírgenes de huellas. Llegando siempre por todas partes sin errores, suave pero sin duda, una persona realizada sabe dónde va.
Pasar a través del mundo.
El espacio amplio engloba todo, la vacuidad también. Todo conocimiento se aplica con eficacia a las diez mil formas del mismo modo. Si ninguna distinción se hace entre cualquier mota de polvo del exterior, entonces podéis adaptaros a todas las circunstancias. Si ninguna mota de polvo es desdeñada en el interior, entonces podéis quedaros en meditación. Puesto que el interior está vacío y puede interactuar, absorber o no absorber cualquier cosa son equivalentes. Puesto que el exterior está estrechamente unido y constantemente vacío y disponible, permanecer o no-permanecer son equivalentes. Los monjes llevando el Kesa entran en Samadhi exactamente como el viento familiar pasa a través del mundo entero.
La maravilla confirmada y realizada.
El reino del Dharma en las diez direcciones nace del espíritu único. Cuando el espíritu único está tranquilo, todas las apariencias están totalmente agotadas. ¿Quién está allí? ¿Quién soy yo? Es solamente cuando no hacéis diferencias entre las formas que ninguna mota de polvo toma existencia y que ningún recuerdo es generado. Sed conscientes de que aún antes de estar en el vientre de vuestra madre y después de que vuestra envoltura de piel haya desaparecido, cada instante es de un resplandor sorprendente, total y entero, sin tolerar ninguna pequeñez. Cuando verdaderamente nada puede ser oscurecido, esto se llama conocimiento de sí mismo. En consecuencia, sólo el hecho de conocerse a sí mismo se llama verdadera realización; ni siquiera un solo pelo queda sin atención. Magnifica, con una originalidad sutil, la escucha auténtica existe sin ningún sonido. Entonces se dice que, aquí donde se encuentra la percepción sin vista y sin oídos, se halla la maravilla confirmada y realizada. De allí, ríos de luz brotan y miles de imágenes aparecen. Cada ser es esta maravilla, reunidos en el reino donde los monjes que portan el Kesa actúan solos. Es esencial no pedir prestado nada de la morada de los demás. Para cultivar vuestra propia morada debéis hacer vosotros mismos vuestra propia experiencia de forma evidente y íntima.
Todos los seres son vuestros propios Patriarcas.
Daros cuenta totalmente de la vacuidad de todos los Dharmas. Así, todas las mentes están libres y todos los polvos se desvanecen en la claridad original que luce por doquier. Transformándoos según las circunstancias, encontráis todos los seres como vuestros propios Patriarcas. Ilumináis de manera sutil todas las condiciones, sois magnánimos más allá de toda dualidad. Evidentes y sin deseos, el viento en los pinos y la luna en el agua están satisfechos por sí mismos. Sin que sus espíritus interactúen entre ellos, el del viento y el de los pinos, el de la luna y el del agua no se molestan uno a otro. Fundamentalmente existís en la vacuidad y tenéis la capacidad de actuar hacia el exterior sin estar contrariados; como la primavera en flor, como el espejo reflejando las formas. En medio del jaleo, lo transcendéis espontáneamente.
Marcharse o quedarse.
Cuando el campo está tranquilo y familiar, cuando la gran obra es idéntica al estanque claro y tranquilo, entonces veréis el Kalpa del vacío. No permitáis a ningún pelo ni que os ate ni que os ciegue. Sed enteramente vacíos y claros, puros, sin ningún contratiempo y gloriosos. Los diez mil ancianos aparecen uno tras otro sucesivamente sin estar escondidos. Si con un gesto de la cabeza podéis expresar el conocimiento de todas las cosas, no corráis detrás del nacimiento o de la muerte y no caeréis ni en el nihilismo ni en la herejía de la eternidad. Si queréis dar prueba de decisión correcta, entonces debéis transformaros siguiendo las diez mil formas. Si queréis quedaros tranquilos y constantes, debéis armonizaros como la caja y su tapadera, como la tierra y el cielo. Aparecer o desaparecer, marcharse o quedarse es tan sólo vuestra elección. De esta forma las personas que conocen su rostro original llegan a saber como reunirse o separarse.
Abandonad vuestra piel, aceptad vuestra función.
De día el sol, durante la noche la luna, cada uno en su momento no ciega al otro. Esta es la manera regular de practicar de un monje llevando el Kesa, de forma natural sin bordes o costuras. Para obtener una práctica así de regular debéis retiraos totalmente del murmullo y de la agitación de vuestras ideas enraizadas. Si queréis ser libres de toda agitación invisible, debéis solamente sentaros y abandonar todo. Alcanzáis la realización y sois totalmente luminosos olvidando la luz y la sombra. Abandonad vuestra piel y todos los polvos de los sentidos estarán totalmente purificados, el ojo discerniendo fácilmente la claridad. Aceptad vuestra función y estaréis completamente satisfechos, nada en el mundo entero os detiene, en todo momento actuáis de acuerdo con la totalidad. En medio de la luz está la oscuridad, en medio de la oscuridad está la luz. La barca solitaria transporta la luna, durante la noche reside entre flores de cañas, oscilando despacio en un resplandor total.
Cada uno forma parte de este campo.
Inmaculados y deslumbrantes, los límites de este campo no pueden ser percibidos con el ojo. Serenas y crecientes, sus direcciones y sus esquinas no pueden ser descubiertas por el condicionamiento de la mente. La gente que medita sinceramente y de manera auténtica está convencida de que este campo les ha acompañado siempre. Los Budas y los demonios no pueden invadirlo, la polución no puede envenenarlo. Sea cuadrado o redondo, perciben su centro. Su conducta y su práctica son acordes con la norma. Con una divertida eficacia, tan numerosos como los granos de arena del río Ganges, maduran armoniosamente los unos y los otros. Nuestra vida surge de este campo, a partir de este campo es satisfecha. Este caso incluye a todos los demás. Ir justo delante e intentad ver. La gente que conoce esta verdad asiente con la cabeza, con comprensión.
El tercer ojo y el codo doblado.
Con el antebrazo doblado hacia el cuerpo, cada uno puede hacer frente a todos los eventos. El tercer ojo ilumina por si mismo el abandono solitario del cuerpo. Los dos se unen o se separan sin nada interior o exterior. Varios miles de reinos aparecen también con uno mismo, los tres tiempos son transcendidos de forma natural. La vacuidad inmensa no tiene límites, fundamentalmente iluminada por su propia claridad. Eso ocurre cuando todas las apariencias ilusorias son agotadas; lo que no se agota es el espíritu profundo al que no concierne la vida y la muerte. Llegados a este campo, sinceramente abandonad toda dependencia. Cuando los polvos de las condiciones no lo contaminan, todas las situaciones se encajan íntimamente. La caja y la tapadera y el encuentro de las dos flechas son un buen augurio y no fallan el blanco. Recorriendo y jugando en el Samadhi, la gente en este estado acepta su función. El ojo superior y el codo completamente doblado son las únicas cosas que este monje transmite y que debéis poner en práctica profundamente.
Más allá de las distintas variedades.
Recibid correctamente este caudal de palabras de un monje, este caudal no está ni congelado ni se escurre, no es ni transparente ni opaco. Cuando lo escurrís para sacarle toda el agua, aprovechad la ocasión. Cuando penetréis en la agitación de los asuntos, percibidlos con una visión global. La comprensión minuciosa y el mundo cambiante se realizan uno y otro totalmente sin obstáculos. La luna acompaña la corriente, el viento tumba la hierba. Centellean y oscilan. Nadie está en la confusión. Así se dice que cosas distintas no son semejantes pero que detrás de cada una se encuentra la Vía. Sabiendo esto a cada ocasión podéis actuar en consecuencia. Por encima de las puntas de las hierbas blancas, recoged lo que habéis reunido, traéroslo y actuad de manera apropiada. Encontrad vuestro sitio, llevad el Kesa, avanzad y cuidad de vosotros mismos.
Ninguna interferencia en la Unidad.
La unidad no es un asunto que se pueda aprender. La esencia de la unidad es vaciar y abrir el cuerpo y la mente en una expansión tan inmensa como la de la vacuidad del espacio. De forma natural, en todo este espacio todo está satisfecho. Este potente espíritu no puede ser desviado, instante tras instante no cae en la confusión. La luna acompaña el agua que corre, la lluvia sigue a las nubes que se retiran. Calma y determinada, sin buscar nada, esta intensidad puede realizarse. Simplemente no os dejéis poner en conflicto con las cosas y entonces absolutamente nada lo estará con vosotros. Cuerpo y mente son semejantes, fuera de este cuerpo no hay nada. La misma sustancia y la misma función, una naturaleza y una forma, todas las facultades y todos los objetos son inmediatamente transcendidos. Así ha sido dicho que el sabio carece de ego y sin embargo todas las cosas son su ego. Todo lo que aparece es inmediatamente entendido, sabéis como cosecharlo o como dejarlo. Sed un búfalo blanco en un campo sin vallas. Suceda lo que suceda nada puede expulsarle.
El comportamiento de la luna y de las nubes.
El comportamiento justo de las personas de la Vía es como el de las nubes que pasan sin engancharse con nada, semejante a la luna llena que se refleja por cada rincón del universo sin ser confinada en ningún sitio, reflejándose en cada una de las diez mil formas. Dignos y rectos, despertaos y encontrad la diversidad de fenómenos, sin obligación ni confusión. Comportaros de la misma manera con respecto a todos por que todos están hechos de la misma esencia que vosotros. Ningún lenguaje puede transmitir tal comportamiento, ninguna resonancia puede alcanzarlo. Abalanzándose más allá del infinito y cortando toda dependencia, sed serviciales sin buscar ningún mérito. Esta joya no puede ser evaluada ni con la conciencia ni con las emociones. En este viaje aceptad vuestra función, nutridlo en vosotros mismos. Captad la vida y la muerte, abandonad las causas y las condiciones, realizad completamente que desde el principio vuestra mente está liberada. Así se nos ha dicho, que el espíritu que abarca las diez direcciones no permanece en ningún lugar.
El descanso de los ríos y de las mareas.
Sólo sentarse -Shikantaza- es semejante al gran océano que acoge centenares de ríos, todos asimilados en un sabor único. Avanzar libremente es semejante a los inmensos mares que cabalga el viento y junto a los que llega a la orilla. ¿Cómo no podrían alcanzar la fuente verdadera? ¿Cómo podrían no realizar la gran obra que aparece ante nosotros? Un monje llevando el Kesa sigue el movimiento y enfrenta los cambios con armonía. Además, ¿acaso no habéis creado vosotros mismos la mente que elabora todas las ilusiones? Esta perspicacia debe estar perfectamente integrada.
Treinta años de vacuidad y de existencia.
La auténtica claridad no tiene defectos. Los cinco grados del Despertar son finalmente consumidos. Cuando ninguna discriminación aparece, en este instante el cuerpo entero aparece. El ojo no puede verse a sí mismo pero su función no está por ello disminuida. La luz corre desde la fuente, pura y blanca iluminando todo. Las flores de las cañas se mezclan con la nieve, la luna brillante inunda el otoño. Aquí, llenos de energía tenéis la ocasión de uniros. En la Vía de la atenta observación, portadla valientemente y ponedla bien en práctica. No hay ningún otro lugar que vosotros mismos, ningún lugar puede conteneros. Saltad más allá de las diez mil formas. El dedo zen de Chu Chih (Gutei jap. Siglo IX) no está gastado por treinta años de práctica. Su sutilidad reside en su simplicidad que, en silencio, sin palabras, consolida su función según su buen gusto; en consecuencia enfrenta las cosas sin asirlas. La Vía está en marcha con todos los espíritus que la protegen. Esto es el principio original. Pero si súbitamente os atáis a un solo hilo o una sola fibra, entonces el espíritu que os guía se oscurece y no puede abrirse camino, el pasaje está bloqueado y no puede ser abierto. Cuando la vacuidad está vacía contiene a todas las existencias, cuando la existencia existe se reúne con la vacuidad única. Por lo tanto pregunto: ¿Qué es?
Girar la perla.
El manantial original se derrama, absolutamente vacío de representaciones. Si lo movéis se enturbia, por tanto debéis esforzaros en ver a través de él. Mantenerse en pie, solitario, semejante a un abrupto acantilado, abierto y accesible, espiritual e independiente, claro y brillante; todo esto no requiere ninguna condición exterior. A una actividad así se la llama la ocasión brillante única que aparece con las diez mil formas que nacen y se extinguen. El reino del Samadhi de todos los polvos – donde uno entra en todos los Samadhi a través de un solo Samadhi – es claro como el sello del océano. Darle vueltas tal como si giraráseis una perla. Dejad todo irse lejos y reunirlo sin ninguna condición exterior. Esto se llama la ocasión del desinterés solitario y glorioso. Por la noche la luna se levanta y las olas centellean, el viento de la primavera sopla y las flores se abren. Ninguna necesidad de actividad meritoria, todo es naturalmente perfecto. Causas y condiciones, frutos y retribuciones, nada está al exterior. Además debéis saber que la luz y las circunstancias se han desvanecido ambas. De nuevo: ¿qué es?
La herencia de un monje y las nubes que se desvanecen.
El hogar simple de un monje utiliza un único cuenco de mendigo para una vida entera y considera las diez mil formas del mundo como su herencia. Sujeto y objeto son igual a imágenes en un espejo, a la luna en el agua, íntimamente mezclados. De entrada, no consolidéis vuestra propia identidad y las cosas no os impondrán sus condiciones. Cada forma (en realidad) no tiene ninguna condición. Únicamente en esta totalidad las cosas no están aisladas. La perfección es así totalmente practicada. Cuando la ocasión perfecta se presenta la lanzadera puede pasar. Llegando más allá de las imágenes todos los polvos de los sentidos desaparecen. Incluso allí, debéis dar un paso hacia atrás y entrar en vosotros mismos para examinar todo eso en meditación hasta que seáis satisfechos. Las nubes desaparecen en un color único, la nieve cubre miles de montañas. La visión penetrante permite ver el cuerpo entero.
La morada original.
Una persona practicando sutilmente la Vía se sitúa más allá de las palabras y de los pensamientos. Inmediatamente auténtico, cada uno se encuentra en el verdadero camino y no se apega a ningún razonamiento. Todo entremezclado: la luna corre en todos los ríos, el viento sopla a través de la vacuidad suprema, de forma natural sin tocar ni obstruir nada. Iluminación trascendente y práctica iluminan sin mácula simplemente y operan sin dejar huellas. Entonces podéis entrar en Samadhi en cada mota de polvo y reunir las diez mil formas en el mismo sello. No os distraigáis y dejad hacer. A esto se llama el asunto de los monjes que llevan el Kesa. Además debéis acordaros y volver al camino que conduce a vuestra morada. Las nubes se evaporan en el cielo tranquilo. El otoño está lejos, la montaña segura. Esto es el lugar donde permanecemos originalmente.
El labrador en el campo centelleante.
Los monjes llevando el Kesa poseen en ellos, desde el principio, este campo claro, espacioso como una ancha llanura. Fijando sus miradas más allá de las cimas y los precipicios, en este campo labran las nubes y siembran la luna. Con una comprensión clara y brillante, ancha y amplia, el verdadero yo acepta su función de nacer o de desaparecer, de recibir o de dejar pasar. Comprometeros en las mismas tareas que el cielo y la tierra, naciendo y dispersándoos a merced de las diez mil formas. Nobles y majestuosos ¿de dónde vienen? Siempre solitarios ¿A dónde van? Así se nos dice que el cielo vacío no les puede englobar, que la gran tierra no les puede confirmar. Existiendo sutilmente más allá de las formas y de las palabras, el merito de ser o de no ser está agotado, los caminos del mundo y los sabios transcendidos. Entonces tenéis la ocasión de volver a casa. Pero en este instante ¿qué sabéis? Sobre ciento cincuenta mil acres podéis ver la nieve tranquila, pura y centelleante. Observando esto con atención, entonces podemos ser labradores.
La meditación del dragón.
Cuerpos y mentes abandonados y tranquilos purifican este campo. Todos los polvos se mezclan y luego se reducen a humo, dejando cada reino libre y brillante. La luna en el agua refleja la luz en el cielo claro. Las nubes abrazan la montaña de los colores de otoño. Sean negros y mates o de un verde frondoso, los valles hondos poseen un gran espíritu. La raíz original, iluminada de forma natural, no es estorbada ni por las hojas ni por las ramas. Es el momento y el lugar para saltar más allá de los diez mil obstáculos emocionales que vienen de los innumerables Kalpa. Contemplar los diez mil años va en definitiva más allá de lo transitorio, y aparecéis espontáneamente. Las nubes flotando en los valles vacíos son libres, tanto si se mueven como si se quedan en su sitio. Entrad con felicidad en cada sensación, mientras permanecéis constantemente en Samadhi. En consecuencia se nos dice que los dragones están siempre en meditación y nunca están separados de este estado sublime.
Examinar lo maravilloso.
En la claridad existe lo maravilloso, con una energía espiritual que brilla por sí misma. No se (lo) puede atrapar y por ello no se (lo) puede calificar de ser. No se (lo) puede borrar y entonces no se (lo) puede calificar de no-ser. Más allá del espíritu de discusión y de deliberación, alejaos de los resabios de imágenes y de sombras. Hacer vacía la sensación de su propia existencia es maravilloso. Esta maravilla penetra el cuerpo gracias a este espíritu que puede ser activado. El espíritu de la luna rodeada de su cuerpo de nubes se revela directamente en todas las direcciones sin recurrir a signo o símbolo alguno. Irradiando luz por todas partes, manifiesta su presencia a los seres sin ninguna confusión. Sobrepasando todos los obstáculos, ilumina cada Dharma vacío. Abandonando las condiciones discriminatorias, entrad en la sabiduría luminosa, saltad y jugad en el Samadhi. ¿Qué equivocación podría haber en esto? Así es como debemos examinar la esencia de manera auténtica.
De pie al borde del acantilado.
Practicad en la vacuidad y olvidad las condiciones, semejantes a la luz deslumbradora en medio de las sombras. Cuando cada parte de vuestra mente está luminosa y activa, el espíritu de los tres tiempos no es interrumpido (Ryutan- Tokusan) y los 4 elementos están en equilibrio. Transparente y maravillosamente luminoso, en un prestigio solitario durante una multitud de Kalpa, un monje llevando el Kesa puede practicar de esta manera sin ser liado ni por la vida ni por la muerte. En una práctica elevada, dejaos caer del borde del alto acantilado sin agarraros a nada. Las cuerdas alrededor de vuestros pies están cortadas. Dad un paso en la totalidad. Todos los Buda y Patriarcas no alcanzan este campo maravillosamente luminoso llamado “uno mismo” que les pertenece por derecho propio. En estas circunstancias ayudad a los asuntos de familia. Si estáis implicados en deliberaciones, apartaros de estos caudales de pensamientos. Vacíos en un espíritu de gran determinación, puros en una iluminación constante, claros y blancos, las flores de las cañas y el claro de luna brillante se mezclan íntimamente. Los remos recogidos, la barca solitaria deriva más allá sin dificultad. En este instante, por favor decidme ¿quién podría mostrar un ojo de discriminación?
Hacer girar la rueda; el perfume de la serenidad.
Viajando en lo acabado sin centro ni bordes, sin perder el tiempo en los rincones, el círculo gira sin dejar residuo alguno en la cueva vacía. En el cielo claro de otoño la luna está fría, su resplandor inunda la noche. El clima perfecto de la primavera está bordado de nubes y de ríos elegantes. El paso está abierto y se lo puede atravesar. La rueda de la atención llena de energía vuelve a la persona. Todo esto es el asunto que los monjes llevando el Kesa aceptan como su función. Ningún polvo de los sentidos os tapa los ojos. Los diez mil Dharma son la luz del espíritu. Etapa a etapa, id más allá de cualquier lugar fijo. Sin lazo en el sendero del nacimiento, sólo haced frente a los eventos del mundo. El espíritu del valle no resuena por ningún sonido, pero en su esencia no puede ser confundido. Su meta no puede ser igualada. De instante en instante, desde el principio, todos los polvos, todos los espíritus y todos los pensamientos son sin formas exteriores. Sólo persiste un simple resplandor verdadero. Esta función interna da la ocasión maravillosa de enseñar que vuestro condicionamiento residual está reunido e integrado. El uno-mismo único y brillante se ha vuelto perspicaz y purificado, hasta el punto de no tener ya defecto alguno. Avanzad majestuosamente y dispersad las clasificaciones. Si entendéis por vosotros mismos y brilláis, el perfume de la serenidad puede expandirse. La sabiduría entra en el círculo; los asuntos se dejan en el umbral de la puerta. Esto es la profundidad única más allá de la vida y de la muerte. Debéis dar un paso atrás y volver a vuestra propia casa. Lo digo sinceramente.
Las ocupaciones de la familia.
Los monjes llevando el Kesa recorren el mundo vaciando y ampliando su espíritu constantemente. Sin el menor resabio agarrado por dentro, pueden actuar de forma adecuada sin ser retenidos por nada, sin estar atados por los Dharma. Apareciendo y desapareciendo abiertamente, podéis compartir libremente, pero si adoptáis una actitud someramente intelectual seréis derribados. Si dais prueba de pura madurez, entonces podéis viajar a placer entre los diez mil cambios sin tocarlos ni evitarlos. La caja y su tapadera encajan, las puntas de las flechas se encuentran tocando armoniosamente el blanco. Sea abandonando, sea reuniendo los fenómenos exteriores, no huyáis de nada. Una persona así puede cumplir con sus ocupaciones de familia. A partir de aquí, dad media vuelta. Las nubes blancas penetran el valle y la luna brilla alrededor de las montañas. En esta ocasión compartís la misma sustancia que los antiguos. Así se dice que tres personas son sostenidas por un bastón y se acuestan en una sola cama. No dejéis ningún rastro y el interior y el exterior se fusionarán en la totalidad, tan alegremente como el cielo se aclara de las nubes de lluvia, tan profundamente como el aguacero empapa durante el otoño. Todos vosotros, gente virtuosa, acordaos bien de esto.
Los seres vivos son sorprendentes.
Nuestra casa es un simple campo puro, amplio y resplandeciente, que se ilumina por sí mismo. Cuando el espíritu está vacío de toda condición, cuando el Despertar es sereno sin cavilaciones, entonces los Buda y Patriarcas aparecen y desaparecen, transformando el mundo. El lugar original del Nirvana está entre los seres vivos. Es verdaderamente sorprendente que todo el mundo posea esto pero que nadie pueda pulirlo para dar una brillante claridad. Dormidos en la oscuridad, actúan de manera que su locura recubra a su sabiduría y sobrepase todo. Un recuerdo de la iluminación puede irrumpir y saltar fuera del polvo de los Kalpa. Luminoso, claro y blanco, el simple campo no puede ser desviado ni cambiado en los tres tiempos, ni los cuatro elementos pueden modificarlo. La gloria solitaria se ha preservado de manera profunda a través de los tiempos antiguos y presentes, como la mezcla de lo idéntico y de lo diferente se vuelve la madre de toda la creación. Este reino manifiesta la energía de varios miles de seres; todas las apariencias manifiestan simplemente las sombras de este campo. Ciertamente debéis poner en práctica esta realidad.
El perfecto vagabundaje.
El ojo que encuentra los cambios y el cuerpo que viaja alrededor del mundo están vacíos y son espirituales, tranquilos y luminosos aparecen milagrosamente entre las diez mil formas. No pueden ser enterrados en el polvo de la tierra y no pueden ser enredados en el capullo de gusano del condicionamiento pasado. La luna atraviesa el cielo, las nubes abandonan el valle, reflejan su luz sin pensarlo, actúan sin ego, se vuelven radiantes y benévolas. Así es como todo es perfecto, completamente entregado y actuando libremente. Eso es llamado el cuerpo que surge del resquicio de la puerta, pero esto debe ser siempre puesto en práctica en el momento mismo que proseguís las ocupaciones de la familia. La vacuidad es vuestro asiento, la tranquilidad vuestro refugio. Sutilmente mantenido sin ser existente, no engloba al condicionamiento; luminoso sin ser no existente, no cae en las categorías. Solitario y espléndido en el interior del círculo, girando profundamente más allá de toda medida, el perfecto vagabundaje es guiado por los espíritus. El gran parque carece de rincones. Aquí ejercitáis vuestra energía y, naturalmente sin obstáculos, englobáis todos los cambios y aceptáis vuestra función.
El faro solitario y el único camino.
Las personas de la Vía viajan por el mundo haciendo frente a las condiciones, sin miedo y sin estorbos. Como nubes que liberan finalmente la lluvia, como el claro de luna siguiendo la corriente, como las orquídeas creciendo a la sombra, como la primavera surgiendo en todo, actúan sin pensar y con certeza. De esta manera se conducen las personas realizadas. Después deben terminar su viaje y seguir a los patriarcas, yendo adelante con constancia y abandonándose ellos mismos con inocencia. El faro solitario no tiene compañeros. La penetrante voz que inspira el miedo sobre el único camino que lleva a la otra orilla puede instantáneamente llenar el centro o los bordes y penetra de arriba abajo. Matar y dar la vida, enrollarse o desenrollarse, es vuestra propia e independiente decisión.
Actividad positiva y apropiada.
Extendido e intrínsecamente espiritual, refinado e intrínsecamente brillante, el espíritu despierto puede atravesarlo todo sin asir el mérito de su iluminación y puede hacer frente a todo sin estar limitado por pensamientos deshilachados. Surgiendo de las manifestaciones de la existencia y de la no-existencia, sobrepasando las emociones de las deliberaciones y de las discusiones, interactuar simplemente de manera positiva y apropiada sin dependencia con respecto a los otros. Todos los Buda, todos los Patriarcas, todas las hojas y todas las flores actúan de esta manera. Cuando actúan no se atan a las formas, cuando iluminan no se apegan a las condiciones; pueden permanecer completamente abiertos y sin trabas. Solo este viento familiar, solo este íntimo Despertar aparece enteramente por todas partes. Aceptad esto.
Una queja sobre Bodhidharma que vino del Este.
Obtener la piel y obtener la médula no han sido consideradas como etapas más que recientemente. Ocuparse de las hojas y de las flores se vuelve un efímero escaparate. Los monjes llevando el Kesa que comprenden se quejan de la llegada desde el Este del Fundador, que crea muchas dificultades. De este esqueje han crecido muchas ramas, poniendo vendas en los ojos de todos. Tras esto varias personas se han abierto el cráneo para crear una inteligencia sin límites y han grabado sus barcos para marcar el lugar donde sus espadas cayeron al agua. Siguiéndoles ¿como podréis nunca actuar de forma apropiada? Ahora, abandonad directamente, dejad ir totalmente. Ni un solo cabello, ni un solo grano de arroz puede impedir renovaros y reforzaros vosotros mismos. Podéis ahora directamente liberarlo todo. El círculo contiene la brillantez, su espíritu triunfa maravillosamente. Simplemente sabed que originalmente no tiene defectos y que nada esta excluído en él. El lenguaje no puede alcanzarlo, el oído y la mirada no pueden tocarlo. Es semejante a un bisonte con un solo cuerno que embiste, parecido a una ostra encinta. En este simple rayo de luz podéis auténticamente viajar por la práctica. Utilizad vuestra vitalidad para hacerlo.
La perfecta luz del Sexto Patriarca.
Cuando los Buda del pasado aparecieron por primera vez no había ni monjes ni laicos, pero todo el mundo tenía su propia verdad y su propia posición. Cuando hicieron esta íntima experiencia y la hubieron perfectamente alcanzado, a esto se lo llamó la Escuela del espíritu de Buda. El viejo Lu –el Sexto Patriarca Eno– que penetró la fuente del Dharma, era alguien que vendía leña. Desde que llegó a Huangmei – lugar del Quinto Patriarca– se dijo: “Quiero ser un Buda”. Eno trabajó moliendo el arroz en la cocina hasta que el espejo de su espíritu transcendió toda impureza mundana y estuvo totalmente iluminado. Recibió el traje ancestral a medianoche y atravesó las montañas Dayu. Con la fe puesta en el Kesa se sentó. El venerable Ming no pudo levantarlo a pesar de su fuerza hercúlea y comprendió así que cada persona por si misma debe hacer la íntima experiencia y realizarla auténticamente. Así, hoy en día, no estéis sometidos a los sabios y no exaltéis su valor en lugar de realizarlo vosotros mismos. Así es como debéis llevar el Kesa y tomar vuestra comida. Cuando el espíritu permanece constantemente sin distracción no acepta la contaminación de ningún apego. Abandonad el cuerpo del Kalpa del vacío. Saltad desde el abrupto acantilado. Comprended las facultades de vuestros sentidos frente a los objetos hasta que estéis agotados de arriba abajo. La brillantez solitaria es la única iluminación, la gran intimidad protege la joya. De manera natural el espíritu florece y su resplandor brilla a lo lejos, respondiendo a las colinas y a los campos. ¿Cómo hubierais podido estar alguna vez separados de estos intercambios? Ahora podéis entrar en el círculo de los seres y viajar como el pájaro sin obstáculos, al fin libres.
La auténtica visión del ojo liberador.
Los monjes de nuestra casa deben tener el cuerpo seco y el espíritu fresco para sobrepasar y liberarse del nacimiento y de la muerte. Distinguid las profundidades absolutas del espejo libre e intenso, perfectamente iluminado. Liberaos de los cuatro elementos y de los cinco Skandha. Cuando las causas y las condiciones no son todavía activas, las puertas de los sentidos aún inmaduras, el embrión no desarrollado completamente, las emociones y la conciencia no fluídas aún, si continuáis a pesar de todo ejercitando vuestra visión ¿como podría entonces el sufrimiento no acabarse? Realizad completamente esto. Las aletas de la nariz de los antiguos maestros y el ritmo de vida de los monjes llevando el Kesa consisten en mantener firmemente y enseguida liberar la actividad, de manera que todos descubramos nuestra propia libertad. Así se dice que el pensamiento erróneo se detiene y la inmovilidad llega naturalmente. La inmovilidad llega y la sabiduría aparece, la sabiduría aparece y la inmovilidad necesariamente desaparece. Clara y nítida, así es la autentica visión.
Sed amablemente propensos al reparto.
En la Gran Sentada y en la Gran Inmovilidad, los labios se vuelven silenciosos y montañas de hierba crecen sobre nuestra lengua. Yendo recto hacia delante más allá de este estado, dejad ir completamente lavados y molidos como un fino barniz. Responded con una luz brillante a tales profundidades insondables, semejantes a las aguas del otoño o a la luna colgada en el cielo. Debéis saber que hay una vía sobre la cual vosotros mismos debéis dar media vuelta. Cuando dais media vuelta no tenéis un rostro diferente que pueda ser reconocido. Incluso si no reconocéis vuestro rostro nada puede, sin embargo, ocultarlo; esto es penetrar de lo mas alto hasta lo mas bajo. Cuando habéis examinado completamente vuestras raíces hasta su ultima fuente, mil o diez mil sabios no son mas que vestigios de pasos sobre el camino. Maravillados, volved a vuestro viaje, aprovechad la Vía y avanzad. En la luz existe la oscuridad, cuando está presente ningún rastro subsiste. Con los cientos de briznas de hierba presentes en la plaza del mercado, sed amablemente propensos al reparto. Bien abiertos y accesibles, paseándoos pasad sobre el sonido sin apegaros, sobrepasad los colores, mas allá incluso de escucharlos y de verlos. De esta manera perfectamente unificados, esto es simplemente la actividad apropiada de los monjes llevando el Kesa.
El auténtico campo.
El espíritu innato transciende todo condicionamiento, el Dharma innato no habla pero todos los Buda y todos los Patriarcas no son prisioneros de esto. En la segunda puerta de la significación, los fenómenos y la palabra entran en diálogo y la energía surge; lo que es inmediatamente transmitido y dispensado al mismo tiempo tanto a practicantes de primera clase como a imbéciles. En consecuencia Deshan dijo que nuestra escuela no tiene ningún lenguaje así como tampoco tiene para cada uno un Dharma único. Originalmente la gente llega a la verdad por ella misma y la afirma ella misma. Tras esto comienzan a discutirla para poder reforzarla y para desembarazarse de sus pensamientos obsesivos y de sus distracciones. Si tal contaminación es purificada, entonces la vasta brillantez irradia sin barreras, careciendo de centro y de bordes. Circulando e irradiando, la luz es centelleante de blancura, su iluminación penetra las diez direcciones. Sentaos en meditación y cortad inmediatamente las causas y los efectos y el lenguaje de los tres tiempos. Alcanzando esto no podéis apegaros a ninguna mota de polvo. Solamente en la serenidad del silencio el sí-mismo puede ser conocido, completamente espiritual en toda su gloria, ni extraño para los sabios ni disminuido por la gente mundana. Desde el principio esto es el único asunto de la vieja casa. ¿Cómo podéis alcanzar nada fuera de vosotros mismos? A esto se llama el campo auténtico donde las personas despiertas pueden hacer frente a los diez mil cambios y entrar en cada reino. Esta función maravillosa y esta penetración espiritual no tienen obstáculos.
Cortad toda dualidad.
La pureza sin mancha es vuestro cuerpo; la perfecta iluminación sin condicionamientos son vuestros ojos. El ojo en el interior del cuerpo no hace intervenir los sentidos; el cuerpo en el interior del ojo no recoge las apariencias. Así se dice que no existe ninguna sabiduría fuera de la realidad que pueda despertar la realidad. Además no hay ninguna realidad fuera de la sabiduría que pueda ser despertada por la sabiduría. A esto se lo puede llamar: Buda es el Buda de la familia del Dharma, Dharma es el Dharma de la familia de Buda. Los monjes llevando el Kesa llegan ahí y enseguida saben que seguir las profundidades de Buda y que seguir el florecimiento del Dharma es alcanzar la Budeidad. Restaurando la justa verdad, todos se sientan y cortan toda dualidad. Esto es la única cosa de la que las gentes de los tiempos pasados a los tiempos presentes tienen necesidad de celebrar verdaderamente.