ZENKI: La actividad total

Zen significa “todo” o “total” y Ki significa “funcionamiento o actividad”, de modo que Zenki significa total actividad o total funcionamiento. Desde el punto de vista budista, podemos decir que este mundo es la realización de toda la actividad. El maestro Dogen explica este estado del mundo, citando las palabras del maestro Engo Kukugon de que la vida es la realización de la total actividad y que la muerte es la realización de la total actividad.

La gran Vía de los Buda, cuando está perfectamente dominada, es la liberación y la realización. Esta “liberación” describe que, para algunos, la vida libera la vida y la muerte libera la muerte. Así que, existe el salir de la vida y la muerte, y existe el entrar en la vida y la muerte. Ambos son la gran Vía perfectamente dominada. Y existe el abandonar la vida-y-la-muerte y existe el salvar la vida-y-la muerte, ambos son la gran Vía perfectamente dominada. La realización es la vida y la vida es realización. En el momento de esta realización, no hay nada que no sea la total realización de la vida, y no hay nada que no sea la total realización de la muerte. Este momentáneo estado pivote de momento a momento puede provocar que la vida sea o puede provocar que la muerte sea. El momento mismo del presente en que este estado bisagra de actividad se realiza no es necesariamente grande ni necesariamente pequeño, ni tampoco es el mundo entero, ni un espacio limitado; y no es un momento largo y duradero, ni un momento corto y comprimido.

La vida en el presente existe en este estado de inflexión, y este estado de inflexión existe en la vida en el presente. La vida no es un proceso de aparición y la vida no es un proceso de desaparición; la vida no es una manifestación en el presente; y la vida no es una realización. Más bien, la vida es la manifestación de la actividad total, y la muerte es la realización de la actividad total.

Recordad que, entre los incontables Dharma que están presentes en el ser, hay vida y hay muerte. Consideremos detenidamente si nuestra vida presente, y la variedad y multiplicidad de los Dharma reales que coexisten con esta vida, son parte de la vida y no son parte de la vida… No hay nada, ni un solo momento ni un solo Dharma, que no sea parte de la vida. No hay nada, ni una sola cuestión, ni un solo estado mental que no sea parte de la vida.

La vida se puede comparar con un momento en que una persona navega en un barco. En este barco, yo estoy manejando la vela, he cogido el timón, estoy elevando el mástil. Al mismo tiempo, el barco me lleva y no hay un yo más allá del barco. A través de mi navegación en él, este barco se hace barco – consideremos y aprendamos en la práctica, sólo en este momento presente. En este momento no hay otro mundo que el del barco: el cielo, el agua, la costa, todos se han convertido en el momento del barco, que es absolutamente diferente de los momentos que no se pasan sobre el barco.

Así que la vida es lo que yo estoy haciendo de ella, y yo soy lo que la vida está haciendo de mí. Mientras estoy navegando en el barco, mi cuerpo, mi espíritu, mis circunstancias y mi ser son todos partes esenciales del barco; y la tierra entera y el espacio entero son todos partes esenciales del barco. Lo que ha sido descrito de esta manera es que la vida es el ser, y que el ser es la vida.

El maestro Kukugon, el maestro Zen Engo, dijo: La vida es la manifestación de la actividad total, la muerte es la manifestación de la actividad total.

Deberíamos aclarar estas palabras y dominarlas. Dominarlas significa lo siguiente: la Vía en la cual la vida es la manifestación de la actividad total, independientemente del principio o del final, aunque sea la tierra entera y el espacio entero- no sólo no impide a la vida ser la manifestación de la actividad total, si no que tampoco impide a la muerte ser la manifestación de la actividad total. El momento en que la muerte es la manifestación de la actividad total- aunque ésta también sea la tierra entera y el espacio entero- no sólo no impide a la muerte ser la manifestación de la actividad total sino que tampoco impide a la vida ser la manifestación de la actividad total. De esta manera, la vida no se interpone en el camino de la muerte y la muerte no se interpone en el camino de la vida.

La tierra entera y todo el espacio están presentes en la vida y en la muerte. Pero no es que, a través de toda la tierra como una entidad y todo el espacio como otra entidad, toda la actividad opere en la vida por un lado y toda la actividad opere en la muerte por otro lado. No es que sea una cuestión de unidad, ni que sea una cuestión de variedad, no es variedad, ni tampoco identidad, no es que sea identidad, pero tampoco es multiplicidad. Así que, en la vida hay diversidad de Dharma verdaderos que son la manifestación de la actividad total, y en la muerte hay diversidad de Dharma que son la manifestación de la actividad total. Y en el estado más allá de la vida y más allá de la muerte, existe la manifestación de la actividad total.
En la manifestación de la actividad total está la vida y está la muerte. Por esta razón, en toda actividad, la vida y la muerte pueden estar presentes, como en la situación de un hombre fuerte flexionando y extendiendo su brazo. O podrían estar presentes en una situación como la de una persona que por la noche estira su brazo a tientas buscando una almohada. Éstas son realizadas donde hay un poder místico abundante e ilimitado y resplandeciente. En el momento mismo de la realización, porque estamos siendo activados totalmente por la realización misma, sentimos que antes de esta realización no había realización. Sin embargo, el estado anterior a esta realización era la manifestación previa de la actividad total. Aunque ha habido manifestación previa de la actividad total, no se interpone en el camino de la manifestación presente de la actividad total. En conclusión, visiones como ésta compiten por ser realizadas.

Ehei Dogen, Shobogenzo