Ananda

Ananda preguntó a Mahakasyapa :

-¿Qué te entregó el Buda aparte del Kesa dorado?

Mahakasyapa contestó:

-¡Ananda!.

Ananda dijo:

-¿Sí?.

Mahakasyapa dijo:

-Corta el mástil de la bandera frente a la puerta.

Ananda tuvo el gran Satori.

Ananda era de una casta de guerreros, primo de Shakyamuni Buda. «Ananda» significa felicidad o gozo; nació en la noche del gran Satori del Buda, y era tan bello que todo el mundo era feliz al verle, de ahí su nombre. Ananda era el primero en comprender, brillante intelectualmente y fuerte en entendimiento. Fue el secretario de Buda durante veinte años, propagó su enseñanza y estudió todas sus maneras.

Cuando el Buda transmitió el Tesoro del Ojo de la Verdadera Ley a Mahakasyapa, dio también instrucciones a Ananda para ayudar a transmitir la enseñanza. De modo que Ananda acompañó durante otros veinte años a Mahakasyapa y se hizo íntimo del Tesoro del Ojo de la Verdadera Ley.

Esto debería demostrar el hecho que la Vía del Zen no es igual a otras escuelas. Ananda era realmente el primero en comprender, había estudiado extensamente y tenía amplios conocimientos, recibiendo la aprobación del mismo Buda en numerosas ocasiones -pero todavía no había recibido la transmisión del verdadero Dharma ni abierto y clarificado el terreno de la mente.

Cuando Mahakasyapa iba a compilar las enseñanzas dejadas por el Buda, Ananda no podía participar porque no había obtenido la realización aún -aunque después practicó cuidadosamente y pronto alcanzó el estado de Arhat-.

Cuando fue a entrar en la habitación donde se estaban recopilando las enseñanzas, Mahakasyapa le dijo que si realmente había obtenido la realización debía hacer su entrada utilizando poderes supranormales. Entonces Ananda apareció en un cuerpo muy fino y fue capaz de entrar por la cerradura de la puerta. Todos los discípulos dijeron: «Ananda era el secretario del Buda, así que ha oído mucho y ha estudiado plenamente. Es como un vaso de agua vertido en otro vaso de agua sin derramar ni una gota. Pidámosle que nos recite las enseñanzas.»

Mahakasyapa dijo a Ananda: «Todos esperamos que recites las enseñanzas del Buda». Entonces él, que había guardado el legado del Buda consigo, ante la petición de Mahakasyapa empezó a recitar todas las enseñanzas que el Buda impartió durante su vida.

Mahakasyapa preguntó a los discípulos: ¿Hay alguna diferencia con lo que Buda enseñó?.

Los discípulos contestaron: No hay diferencia.

Aquellos discípulos eran grandes Arhat, poseedores de los seis grandes conocimientos, incluyendo el conocimiento de las vidas pasadas, la clarividencia, y el poder de extinguir la contaminación. No perdieron nada de lo que habían escuchado. Con una sola voz dijeron: «¿Es la segunda llegada del Buda o es Ananda quien habla?. Las aguas del océano de las enseñanzas del Buda han pasado a Ananda», expresaron en alabanza. Las enseñanzas del Buda que han llegado hasta nuestros días son aquellas que Ananda expuso.

Así sabemos con certeza que la Vía no depende de un gran aprendizaje ni de la obtención del Satori; esto debería ser una demostración. Ananda siguió todavía veinte años más a Mahakasyapa, y tuvo el gran Satori después en el momento citado antes. Desde que nació en la noche del Satori del Buda, Ananda no había escuchado discursos como el de El Sutra de la Guirnalda de Flores, pero sí cultivó la concentración de la atención del Buda y pudo recitar lo que no conocía directamente. El que no hubiera entrado en la Vía del Zen es por lo mismo a que debemos nuestra incapacidad para entrar.

En el pasado lejano, Ananda despertó a la aspiración al gran Satori en presencia de un Buda llamado Rey de la Vacuidad, al mismo tiempo que lo hizo el Buda Shakyamuni. Ananda era excelente en el aprendizaje intelectual, y por eso aún no había experimentado realmente el Satori. Shakyamuni, por su parte, cultivó la energía, por lo cual lo había alcanzado.

Seguramente un excesivo aprendizaje académico es un obstáculo para la Vía -esta es una prueba de ello. Por esto, en El Sutra de la Guirnalda de Flores se dice:»Mucho aprendizaje intelectual sin aplicarse a la práctica es como un pobre avaro que cuenta las monedas de otro sin poseer él ni medio céntimo».

Si queréis saber realmente qué es la Vía, no os sumerjáis en el aprendizaje académico sino simplemente sed enérgicos en la práctica progresiva.

Ananda continuaba pensando que algo más había sido transmitido además del Kesa. Entonces preguntó a Mahakasyapa:

-Hermano Mayor, aparte del Kesa dorado ¿hubo algo más que te transmitió el Buda?

Mahakasyapa, comprendiendo que el momento había llegado dijo: ¡Ananda!.

Cuando Ananda respondió, Mahakasyapa le dijo:

-Tala el mástil de la bandera frente a la puerta.

Al oírlo, Ananda tuvo un gran Satori y el Kesa del Buda automáticamente se puso sobre su cabeza. Este Kesa era el correctamente transmitido por los siete Budas del pasado.

Existen tres explicaciones concernientes a este Kesa. Una es que el Tathagata nació del vientre materno llevándolo; la segunda es que lo recibió de los seres celestiales; y otra es que lo recibió de un cazador tras abandonar su palacio. Existen otros Kesas de Buda.

El Kesa de Bodhidharma transmitido a Eno, el sexto Patriarca, era un Kesa de algodón azul-negro con puntos azules. Estos puntos de costura fueron agregados después de que el Kesa llegara a China. Actualmente está guardado en el templo del sexto Patriarca y está considerado como un tesoro nacional.

En el Tratado de la Sabiduría Trascendental se dice: «El Buda se puso la ropa de un monje ordinario» y es la misma ropa: ese Kesa dorado era un Kesa de lana con hilos de oro. Un sutra dice: «La tía del Buda hizo con sus propias manos un Kesa de lana con hilos dorados y se lo presentó». Estos son algunos ejemplos de los Kesas de Buda.

Cuando oímos hablar de experiencias sobrenaturales se citan muchas historias a propósito del Kesa. En tiempos remotos el Venerable Vasasita tenía dificultades en su relación con un rey. Puso el Kesa del Buda en un fuego y surgieron rayos de cinco colores. Cuando el fuego se apagó, el Kesa de Buda estaba intacto y el rey encontró la fe en el Kesa del Buda.

El Tesoro del Ojo de la Verdad no fue transmitido a dos personas. Sólo una, Mahakasyapa, recibió la transmisión del Tathagata. Ananda sirvió a Mahakasyapa durante veinte años y ayudó a transmitir el verdadero Dharma. Así que la escuela Zen debería ser conocida por una transmisión más allá de las doctrinas. Pero últimamente se la viene considerando, increíblemente, igual que a las escuelas doctrinales. Si fuesen lo mismo, desde que Ananda obtuvo el estado de Arhat con los tres conocimientos espirituales y los seis superpoderes, habría también recibido el legado del Buda y así se habría convertido en su sucesor. ¿Había alguien que entendiese las enseñanzas de los textos mejor que Ananda?. Si hubiese alguien que le sobrepasase en esto podría admitirse que las ideas de las escrituras son lo mismo que el significado del Zen. Pero si fuera lo mismo, ¿por qué tuvo que servir con tantos problemas durante veinte años, y sólo después su espíritu se clarificó al oír: «Corta el mástil de la bandera»? Debéis comprender que el estudio de las escrituras no es considerado fundamentalmente como la Vía de la Instrucción de los Patriarcas. No es que Buda no fuera un Buda, pero incluso siendo Ananda su secretario, ¿cómo podía transmitirle el gran Sello si no había penetrado el espíritu del Despertar? Deberías darte cuenta de que esto no depende de adquirir muchos conocimientos intelectuales.

Por más que, gracias a tu inteligencia, puedas memorizar exactamente todos los libros de las enseñanzas sagradas, si no consigues penetrar en el corazón de éstas, serás como quien cuenta los tesoros de otro. No es que el corazón no esté en los textos, sino que Ananda no había penetrado en ellos. Los intelectuales de China y Japón que interpretan los textos fracasan en penetrar en el corazón de los textos.

También debes comprender que el camino del Despertar no es fácil. Cuando Ananda, versado en todas las enseñanzas sagradas impartidas por Buda a lo largo de su vida, las difundió como discípulo suyo ¿cómo no estar de acuerdo?. Sin embargo, debéis saber que se ocupó de atender a Mahakasyapa y después de su gran realización de nuevo transmitió las enseñanzas. Entonces fue como cuando el fuego se junta con el fuego. Si quieres alcanzar con claridad la Verdadera Vía, deberías abandonar tu idea de «yo», tus viejos sentimientos de vanidad y de auto-importancia. Girar hacia tu Espíritu Original y adquirir la Sabiduría de Buda.

En cuanto a lo ocurrido en la presente historia, Ananda pensaba que Mahakasyapa había recibido el Kesa dorado y era discípulo del Buda, y que no había recibido nada especial aparte de eso. Sin embargo, tras seguir y atender íntimamente a Mahakasyapa, creyó que éste había recibido algo más. Mahakasyapa entendió entonces que el momento había llegado y le llamó: «¡Ananda!», y como el eco sigue a un sonido, éste respondió. Como la llama que brota del sílex. Aunque Mahakasyapa dijo «Ananda», no estaba llamando a Ananda, y la respuesta no era una contestación. En cuanto al hecho de cortar el mástil de la bandera frente a la puerta, se refiere a una costumbre en la India: cuando budistas y seguidores de otras religiones se situaban para hacer un debate, cada parte colocaba un mástil con su bandera; quien sufría una derrota, bajaba la bandera. La derrota se indicaba sin hacer sonar tambores ni campanas. Nuestra historia parece sugerir que Mahakasyapa y Ananda habían levantado sus banderas una junto a la otra. Si Ananda gana, Mahakasyapa debería bajar su bandera, uno se levanta y el otro desaparece. Sin embargo no es el caso de la presente historia. Si Mahakasyapa y Ananda son ambos mástiles de banderas, el principio de su naturaleza no está revelado. Cuando el mástil de la bandera es derribado al suelo, otro mástil debe aparecer. Cuando Mahakasyapa le dijo a Ananda que cortara el mástil de la bandera frente a la puerta, Ananda alcanzó el Satori porque maestro y discípulo se habían vuelto uno en la Vía.

Tras esta realización Mahakasyapa fue también revolucionado y montañas y ríos también se derrumbaron. En ese momento el Kesa del Buda se puso espontáneamente sobre la cabeza de Ananda. Aún si el montón de carne roja desnuda manifestado como Mahakasyapa y Ananda se han revelado en el mundo como una o dos caras de esa Persona, no penséis que Mahakasyapa y Ananda son de esa Persona.

Vosotros, monjes, exactamente aquí y ahora sois cada una uno el acantilado de diez mil pies de alto, los miles de cambios y las diez mil transformaciones de esta Persona. Cuando entendáis a esta Persona vais a desaparecer en ese momento. Si es así no busquéis un mástil con la bandera bajada fuera de vosotros mismos. Una vez más quiero añadir unas palabras:

Las vides marchitas, los árboles caídos.
Las montañas derrumbadas.
La corriente del valle aumenta en el torrente.
De la piedra se elevan chispas